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Tema: La justicia de Dios | Fecha: 56-57 d.C. | Autor: Pablo | Lugar: Corinto

Introducción al libro de Romanos

Romanos (1:17)

Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como esta escrito: Mas el justo por la fe vivirá.

Hacia el final de su tercer viaje misionero, Pablo escribe su carta a la iglesia de Roma desde la ciudad griega de Corinto. El ha venido de Éfeso, una ciudad que estaba en lo que ahora es la moderna Turquía, donde paso tres años fundando y fortaleciendo una iglesia. Cuando se prepara para viajar a la iglesia de Jerusalén son una ofrenda para los creyentes pobres, se detiene el tiempo suficiente como para escribir a una iglesia que nunca ha visitado.

Escribe no para corregir ningún error doctrinal, sino para presentarse a sí mismo a la iglesia de Roma para que esta pueda orar por él, animado y ayudarlo a planear su futuro ministerio en España. Pero siendo el maestro que es, Pablo no puede evitar enseñar también a sus nuevos amigos la justicia que procede de Dios, las grandes verdades de evangelio de gracia.

Capítulos 1-3:20

El problema de la justicia
Todas las personas del mundo son culpables de pecado, lo cual las separa de Dios y las condena a una eternidad sin Él. Incluso los que son moralmente buenos, son, interiormente, pecadores porque ¨…No hay justo, ni aun uno …No hay quien busque a Dios¨ (Ro. 3:10-11). Por lo tanto, todos merecen ser juzgados y condenados.

Capítulos 3:21-5:21

La provisión de justicia
Dios proporciona la solución al problema del pecado del hombre y su juicio enviando a Jesucristo a la tierra para tomar el juicio que los pecadores merecen. Jesús, que es perfectamente justo y no tiene pecado, se convierte en pecado en la cruz. Toma el pecado del hombre y su castigo sobre El, liberando así del pecado a los que confían en El haciéndolos justos ante Dios.

Capítulos 6-8

El poder que hay en la justicia
Los cristianos -los que creen en Cristo como su Salvador- son declarados justos y poseen una nueva vida. Sin embargo, todavía sigue habiendo una lucha diaria con el pecado que hay en la carne. Con la ayuda del Espíritu Santo, los creyentes tienen el poder de hacer las elecciones correctas y evitar el pecado. Es más, para los creyentes, no hay condena eterna, y no hay nada que pueda separarlos del amor de Dios.

Capítulos 9-11

La promesa de la justicia
Aunque el pueblo de Israel rechazo al Señor Jesucristo, la promesa de Dios de redimirlos y restaurarlos algún día aun sigue en pie. Dios no ha terminado con Israel; esta llegando un tiempo en el que su ceguera se terminara, las personas serán liberadas y también recibirán la justicia de Dios.

Capítulos 12-16

El patrón de la justicia
Los cristianos han sido declarados justos por Dios. Poseen una nueva vida porque en ellos vive el Espíritu Santo. La transformación interna dará como resultado la transformación exterior. Lo que hay de verdad dentro del corazón de una persona se refleja en su vida. Algunas de las señales de una vida transformada son: rendirse ante Dios, someterse a su autoridad, amar a nuestros vecinos, seguir, el ejemplo de Cristo, soportar las cargas de los demás y servir con diligencia.

Fuente: Guia bíblica esencial (JIM GEORGE)